domingo, 2 de diciembre de 2018
El Unico
Después de varios días, o meses.. la verdad no sé. Lo único cierto, es que las noches en este planeta son de 2 ciclos lunares cada una , y eso no es todo, es que durante esas horas, llueve impetuosamente sin cesar.... ya Lejos de la Ciudad, en lo que los habitantes llaman "Catbica" a mas de 10 mil millas de la ciudad. Catbica, se cumbre de lodo y surcos de agua por todos lados. No había forma que algo no se empapara, o se cubriera de suciedad. En su dias de 3 ciclos, pero contro a sus noches, sus dias son soleados, permitiendo que todo se seque y vuelva a a su "normalidad", porque a su tercer día de sol, se vuelve agobiante por el calor y sus vientos fuertes.
Durante esa ultima noche, caminaba por sus calles cubiertas de agua y lodo al que le llamaban "el único". Usaba una túnica negra, larga que le cubría las botas y las arrastraba al caminar. Su rostro no se dejaba ver, ya que usaba una capucha, que lo único que permitía apreciar de vez en cuando era el reflejo de algunas luces de la calle en sus ojos. Su aspecto y la fama (que él había creado) hacia que le temieran. Sólo dos eran sus colegas de viajes. Su maestro de maquinas Kandrag y su copiloto Cetis Khinzir. A pesar de sus distintos sectores; se habían acoplado aquel se le decían el único, pero que su memoria y recuerdos se habían perdido por un grabe incidente de que pocos sabían, pero que nadie se atrevía a comentar.
Mientras caminaba por aquellas calles de Catbica, decidido a emborracharse, con el deseo de pasar aquella noche fría, calentándose sus venas con una de las peores bebidas de que aquella región. Casi sin percatarse, se encontró de frente a tres entes, los Huíqui. Ellos eran unos de las tres razas mas antiguas del cosmos. Era poco común observarlos mezclarse con las demás. Eran reservados, y evasivos. Su formas delgadas, altas y en ocasiones traslúcidas, les llenaba de gran mística y asombro. Se deslizaban por la superficie sin tocarla, y la lluvia no les mojaba ni un ápice de su aspecto. Se sabia de ellas tres en los cinco cuadrantes, por la búsqueda de su cuarta integrante, la cual su madre buscaba desde hace ya varios ciclos. Ella se distinguía de sus dos hijas, por su altura de casi tres metros y sus vestimenta de color verde oscuro con líneas doradas y escudos de plata, que denotaba sus años de vida, los cuales se sabían por soles impresos en sus ojos; que para ella eran sólo dos vidas , y para los demás eran cinco centenares de años. Las dos jóvenes eran adolescentes por su estatura y vestimentas.
Mira mira .. Replicó la menor halando los vestidos de su hermana... Y esta con un gesto sutil le hizo silenciar... Pero no bastó;. .. Es él, el único. Pero su hermana abriendo sus ojos hizo que su hermanita callara, antes de su madre las reprendiera.. Y continuaron su trayecto; y aquel hombre sin prestar atención siguió con la consigna de llegar a aquel bar. Era un sitio bullicioso y mal olientiente. Quien atendía era un individuo gordo, con cicatrices en su trostro y brazos; se desplazaba por la barra sentado en un silla de iones ...
Dame un trago, dijo aquel encapuchado.. Y de inmediato, una jarra grande espumante de aspecto dudoso pero con pocas de ellas perdidas la noción. Al fondo del recinto, en una mesa, un grupo conversaba del botín que se les había ofrecido ..
... Ir a ese lugar es perderse, es para no volver o si vuelves, no será en una sola pieza
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